Empieza el libro cuando el piloto recuerda el dibujo que hizo a la edad de 6 años, el cuál consistía en una boa comiéndose a un elefante, por lo que le preguntaba a adultos si sabían lo que era el dibujo y estos no entendían lo que era, decían que veían un sombrero, luego dibuja algo nuevo, una boa en el interior de un elefante, pero ahora esto no les gustó a los adultos, le dijeron que abandonara el dibujo y buscara una nueva profesión, algo verdadero.

El piloto vivió solo por un largo tiempo, un día sufrió un accidente en el desierto del Sahara hace ya 6 años atrás, en donde se rompió algo e el motor del avión, entonces como no tenía pasajeros ni un mecánico cerca que pudiera ayudarlo decidió intentar arreglarlo por el mismo, pero no lo logró  y prefirió dormir en la arena, ya que estaba cansado. A la mañana siguiente lo despertó una misteriosa vocecita, la que le pedía que dibujara un cordero y así fue como conoció al “Principito”; el aviador dibujó varios corderos para él, pero ninguno le gustaba, hasta que ya colapsado dibujó una caja, el niño le dijo que estaba el cordero adentro,  se fue feliz y lo aceptó. Mientras el aviador se toma el tiempo de arreglar su máquina recibe las visitas del pequeño, quien le revela que proviene de otro planeta al que describe como muy pequeño, es identificado por el aviador como el asteroide B 612 , en el año 1909, lo que solo los adultos pueden entender esto de las cifras.

El principito le revela al aviador que quería un cordero para que se coma los baobabs que crecían en su planeta, para que no acabe con este. La personalidad del principito era de soledad, melancolía y tenía un gran gusto por ver las puestas de sol, sobre todo cuando se siente triste porque estas puestas de sol lo hacen sentir un poco mejor que lo que lo hacen sentir las de su planeta que era más pequeño y solo bastaba con mover una silla para contemplarlo. Un día el niño le pregunta al aviador si los corderos además de comer arbustos pueden comer flores, pero el aviador le responde mal al estar ocupado con la reparación de su nave, por lo que el principito le dice que se comporta igual que todos los adultos, y estalla en llanto, al rato el niño le revela que en su planeta existía una flor muy especial, muy hermosa pero a su vez vanidosa y orgullosa, a la que le tenía un amor confuso. Luego, el principito se marcha de su planeta yéndose volando en una bandada de pájaros y comienza su viaje por los asteroides. El primero que visita está habitado por un Rey quien aparenta tener un gran poder pero carece de súbitos para ejercerlo; el segundo estaba habitado por un vanidoso, cuyo único deseo es que lo aclamen y lo admiren; el siguiente habita un bebedor; el subsiguiente un hombre de negocios, el que tenía una obsesión por las cifras; después se encuentra con un farolero, que representa responsabilidad y lealtad; por consiguiente en el sexto planeta halla a un geógrafo , el que es sabio e inteligente; continua su viaje llegando a su última visita que sería el planeta “Tierra”, en donde no le encuentra sentido a la gente, además se encuentra con una serpiente que representa muerte.

En la Tierra conoce al zorro, el que le enseña al principito el sentido de la amistad, y se vuelven grandes amigos; luego conoce a un comerciante  que vende píldoras que evitan la sed, lo que proporciona tiempo extra. Después el niño se encuentra despidiéndose del aviador con la intención de volver a su planeta con su flor que abandonó hace ya un gran tiempo, por lo que se encuentra muy triste y le dice que siempre mirará las estrellas, lo recordará por siempre como un gran amigo que le enseñó muchas cosas.